lunes, 5 de mayo de 2008

La seguridad en uno mismo

Hola bloggers, ¿qué tal va todo?

Sin más, vamos con el segundo artículo. Esta vez, no os hablaré de un libro, si no que me gustaría hablaros de la seguridad en uno mismo. Creo que es esencial en la vida, ya que si uno no tiene seguridad en si mismo, no la puede tener en los demás. Eso es así, pero también hay que tener en cuenta el grado de seguridad que uno tiene en si mismo, ya que puede ser que si uno confía plenamente en él y no reconoce sus propios errores, puede perjudicarse. Esa persona puede tener tanta seguridad o confianza en si misma que puede llegar a avasallar a otra persona. La seguridad y la confianza en uno mismo, debe ir acompañada de humildad, una virtud que hoy en día parece que escasea en las personas.
Hay que intentar dar firmeza y confianza a las personas que veamos que no tienen tanta como nosotros y realmente se la merezcan y la necesiten.

Supongo, que como la mayoría de personas, soy una persona segura en algunos aspectos e insegura en otros. Con la edad que tengo, en mi vida, me ha tocado verlas de todos los colores. En la calle he visto tantas cosas que dan miedo, que en muchos momentos he sentido inseguridad al no saber cómo actuar ante determinados hechos. Antes, cuando salía a la calle, estaba inseguro porque no sabía lo que me podía pasar ese día o esa noche.

Visto lo visto, de lo que si que estoy seguro en la vida es de que para poder disfrutarla, hay que correr riesgos y aprender de las consecuencias. Aunque no nos guste, en muchas ocasiones hay que vivir situaciones complicadas para poder aprender de ellas. Realmente, aunque algunas situaciones nos hagan sufrir y no nos gusten, nos pueden servir para dar sentido a nuestra vida.
Las personas dicen que somos los únicos animales que tropezamos dos veces en la misma piedra. Deben tener razón, ya que deberíamos aprender de nuestros errores, pero a veces no sabemos que ocurre que ni equivocándonos 20 veces, aprendemos.

En muchas ocasiones, la seguridad en nosotros mismos nos la ofrecen las personas que tenemos a nuestro alrededor. Esas personas que nos quieren y nos ofrecen su apoyo incondicional. Hay que apoyarse en los demás, pero hasta cierto punto, ya que hay que intentar no depender de los demás. Una cosa es que nos ayuden y otra es que no sepamos valernos por nosotros mismos.